por Pipo Fisherman 25-01-24
Y un dia...había que volver.
Más allá de razones personales, el histérico vaivén electoral de mediados de 2023 tal vez haya dejado sin muchas palabras a quien escribe. El largo paréntesis auto-impuesto sirvió, entre otras cosas, para ver, analizar y cuestionarnos la razón, o razones, que nos trajeron a este momento que nos toca transitar.
Una masiva cantidad de ciudadanos, navegando entre la decepción unos, la bronca otros, y hasta el más irresponsable desinterés, decidieron darle su...confianza?, a una expresión de ultra-derecha como nunca antes había ocurrido en la vida democrática de este país.
Quienes vieron (vimos) ascender a esta curiosa figura, desde el más ridículo "panelismo sacado" en los programas de política o interés general, o vociferar ante micrófonos varios vendiendo sus ideas económicas como de avanzada (cuando en realidad datan de mediados del S.XX), instalando como enemigos de su mantra libertario a cualquier persona que apenas se perciba con un cierto rasgo de progresismo, jamás imaginamos que tantas personas avalarían con su voluntad semejante "travesura", como lo es la instalación en el poder de este improvisado personaje.
Hay que decir que 20 años de populismo cleptómano asfaltaron el camino para la llegada del mencionado personaje, sino, estaríamos olvidando una fundamental parte de la historia. Los billones despilfarrados en sucesivos planes "platita", sólo con el objetivo de llegar a la Presidencia por parte del fallido Ministro de Economía, resultan en los desastrosos números inflacionarios que hoy vemos.
Capítulo aparte para el Pro "colaborativo", que de la mano del olvidable ex-presidente, primero dinamitó a sus propios candidatos, y consumado el triunfo libertario, se reveló como el "tejedor" de una telaraña de rancia estirpe prevendaria, ubicando a sus más fieles laderos en puestos importantes del gabinete, incluyendo, milagrosamente, a quien fracasó estruendosamente como Ministro de Finanzas de su gobierno, y que hoy prueban, a ver cuánto más puede fracasar como Ministro de Economía.
Toda la campaña hablando en contra de "la casta", para verlo hoy dialogando y "transando" sin pausa con una gran parte de ella. O pecó de ingenuo desde siempre, o les mintió descaradamente a sus esbirros libertarios todo el tiempo (o conoció de la peor forma el Teorema de Baglini...googlear el que no sepa de qué hablo).
No entraremos en un análisis profundo de las medidas que hasta aquí se han adoptado, menos aún, del paquete voluminosamente insólito de medidas que pretende imponer, con suerte, en las cámaras legislativas. Baste con ver que, producto de la desregulación absoluta de los precios, el demencial aumento en los combustibles sumió en el desconcierto y la preocupación a los consumidores. por el lógico traslado a precios de esos aumentos, y, al mismo tiempo, tiene en la más absoluta euforia a las petroleras directamente beneficiadas. Otro caso: Proponía prohibir que en las recetas los medicamentos figuraran con su marca, sólo se permitía mencionar al genérico: Hasta que un escandaloso lobby de los laboratorios hizo que esa propuesta desapareciera. Cree, en un convencimiento casi lisérgico, que la Cultura, las Artes, son un gasto que hay que eliminar. A días de asumir dijo que "se cortaría un brazo" antes de aumentar un impuesto, y pocos días después solicita al congreso que le vote el regreso del Impuesto a las Ganancias sobre los sueldos, cuya derogación el recién asumido había votado "con las dos manos".
Varias de sus acciones y actitudes serían dignas de análisis psicológico: Cómo se entiende sino su participación en el Foro de Davos, atacando al feminismo, a los ambientalistas, mezclando y comparando torpemente a socialistas,demócratas progresistas y demócratas cristianos, con fascistas y nazis, en un Foro habitado casi con exclusividad por los "dueños del dinero" en el mundo?.
Cómo interpretar su desquiciada actividad en redes sociales, respondiendo (y atacando) cada disenso como un acto de traición a la Patria?.
Quién asesora "de verdad" a semejante personaje, que ni siquiera advierte su paulatina, pero ininterrumpida, pérdida de apoyo popular? (ni siquiera su omnipotente hermana "la ve"?).
Creemos que, más temprano que tarde, aquellos que "prestaron" su voto, incluso quienes lo hicieron entre insultos por verse casi obligados, comenzarán a reccionar ante lo que se vive, y se viene, y serán más numerosos que los fanáticos ciegos por una épica violentamente inventada. Sólo resta esperar que, llegado ese día, la sensatez prime sobre todo, y la realidad no ponga en veredas diferentes a quienes, en definitiva, sufrirán por lo mismo.